La gran catedral de San Lorenzo es un punto de referencia emblemático y perdérsela en los viajes a Génova es casi un pecado. Según se dice, acoge las cenizas de Juan el Bautista, el santo patrón de la ciudad, y ha desempeñado un papel cultural fundamental durante siglos. Merece la pena reservar tiempo suficiente para descubrir su arquitectura gótico-románica y sus espectaculares pinturas y reliquias.
El edificio se construyó por primera vez en1098 y se consagró en 1118. Sin embargo, es posible que sus orígenes se remonten a la época romana. A lo largo de los siglos se ha ido ampliando y se le han incorporado elementos de distintos estilos. La fachada está flanqueada por dos grandes campanarios, uno más alto que el otro, y muestra cabezas de león y gigantescas puertas góticas que invitan a entrar en el fascinante interior para conocer todas sus riquezas.
Prepárate para ver numerosas obras de arte, incluida la pintura bizantina El Juicio Final, justo al cruzar el pórtico central. También merece la pena buscar el Sacro Catino, un recipiente de cristal de color verde esmeralda que, según se dice, se usó en la Última Cena y que encontrarás en el Museo del Tesoro della Cattedrale di San Lorenzo, al que se accede a través de una puerta dentro de la catedral.
Otra de nuestras recomendaciones es la capilla de San Juan Bautista, ubicada junto a la nave lateral izquierda, así como una bomba británica de la Segunda Guerra Mundial de aspecto aterrador que se encuentra a la derecha de la nave central. Afortunadamente para los ciudadanos de Génova, el artefacto no se detonó y el edificio logró salvarse.
La catedral de San Lorenzo está situada en la plaza que lleva el nombre del santo, en el corazón de Génova. Puedes llegar andando desde las calles más antiguas y estrechas de la ciudad, y aprovechar después para curiosear en las tiendas tradicionales y las tentadoras heladerías. El templo abre todos los días, aunque suele cerrar durante tres horas para el almuerzo. Si tienes suerte, tu visita a Génova podría coincidir con uno de los conciertos clásicos que a menudo se organizan dentro de esta sobrecogedora catedral.