Pocas ciudades tienen una entrada tan agradable como Brujas. Si llegas a la estación de tren central, Minnewater será uno de los primeros lugares que veas. El nombre de Minnewater significa "lago del amor", y describe a la perfección este romántico paraje. Con sus casas con torrecillas que parecen sacadas de un cuento de hadas y sus sauces llorones, este es uno de los lugares más idílicos de Brujas. Todavía se puede apreciar parte de la muralla de la ciudad, incluida la torre de vigilancia que se eleva sobre el parque.
El lago y los canales que lo rodean, dentro y alrededor del Minnewaterpark, fueron vías de transporte fundamentales durante la edad dorada de la ciudad en la Edad Media. A través de estos canales se transportaba todo tipo de productos en barcos comerciales: desde tejidos hasta especias, pasando por azúcar y vino. En sus orillas solía haber barcazas amarradas. Hoy en día no hay barcos en el agua: han sido remplazados por cisnes y patos. Los cisnes son un símbolo de Brujas, ya que cuenta la leyenda que en 1488 la ciudad fue maldecida con cisnes para toda la eternidad. Pero ahora los habitantes adoran a estas tiernas aves.
Si hace buen tiempo, compra productos locales y disfruta de un picnic a la orilla del Minnewater. En verano se celebran muchos conciertos en este sitio: echa un vistazo al calendario y reserva las entradas con tiempo. Pero Minnewater también merece una visita en los meses más fríos. Con el agua congelada y los árboles cubiertos de nieve se forma un espectáculo fascinante. Podrás llevarte buenas fotografías para tus tarjetas de Navidad.
Minnewater está a pocos pasos de la estación central de trenes de Brujas. También se puede llegar a pie desde el centro de la ciudad en unos 20 minutos. Desde Grote Markt, sigue la Wollestraat hasta el canal y después camina en dirección suroeste hasta llegar al lago. Tras relajarte junto al lago, puedes volver al centro en un carro de caballos desde la parte norte del parque.