Alcázar

Aún en uso hoy en día como residencia real, los Alcázares Reales son uno de los logros arquitectónicos más espectaculares de Europa. Se trata de un conjunto de edificios y jardines que abarcan estilos que van desde el islámico del siglo XI hasta el contemporáneo. Contempla la espléndida ornamentación de estuco, admira la armonía geométrica y el equilibrio conseguido por los diseñadores, y pasea entre las piscinas y fuentes de los agradables jardines del Alcázar. Los elementos más impresionantes del Alcázar se construyeron en el siglo XIV bajo el mandato de Pedro I, que encargó el palacio central que puedes ver nada más entrar en el patio principal. La espectacular fachada del palacio fue elaborada por los artesanos más delicados de ambos lados del Estrecho. Las ventanas con columnas de mármol, los intrincados arabescos y los techos son algunos de los mejores ejemplos de arte mudéjar de todo el mundo. El estilo mudéjar es una combinación del arte cristiano y el arte islámico. Sigue el estrecho pasillo hasta el patio central del palacio, el Patio de las Doncellas, donde cada año los reyes cristianos pagaban cien doncellas como tributo a los gobernantes musulmanes. El jardín hundido del centro está rodeado por una bonita decoración con yeserías y azulejos. Busca las caritas talladas en la parte interior del arco del Patio de las Muñecas, cuya decoración se trajo en parte de Medina Azahara. En el Salón de Embajadores puedes admirar los arcos de herradura decorados con azulejos y bonitos arabescos. Completa la visita paseando por los jardines, donde los Baños de María de Padilla, amante de Pedro, y muchas otras fuentes, crean un ambiente relajante. El Alcázar se encuentra en el casco antiguo de Sevilla, en la orilla izquierda del Guadalquivir. Entra al Alcázar por la Plaza del Triunfo, junto a la Catedral de Sevilla. Está abierto todos los días, excepto los festivos, y la entrada es de pago.