Hemos vuelto tras haber estado el verano pasado y del que quedamos enamorados. Es un lugar único, más que privilegiado, en el extremo del acantilado, escasamente a 15 metros sobre el mar y sobre la llamada Punta de la Mona, en La Herradura/Granada. Es cierto que hay que bajar (y subir) una serie de escalreas, pero cuando estás allí, estás aislado y en el paraiso. Una casita perfecta para 2 personas, aunque admite hasta 4. Aislada, con sensación de privacidad e intimidad, con piscina y zonas de descanso y lectura. Y con el propietario - todo un amable caballero- cerca por si surge algo. A esto se añade el enclave general, en la Herradura y la Punta de la Mona y junto a Marina del Este y Almuñecar. Un paraíso al que volveremos.