La basílica de San Simplicio es una de las iglesias románicas mejor conservadas de la región. A pesar de su sencillo aspecto exterior, la iglesia contiene una serie de piezas interesantes, como una valiosa estatua de su santo patrón. La iglesia también desempeña un papel importante en la Festa di San Simplicio, una de las principales fiestas religiosas de Cerdeña.
La iglesia se construyó entre finales del siglo XI y principios del XII, fuera de las murallas que protegían Olbia en esa época. Se edificó sobre los restos de una iglesia anterior dedicada al mismo santo, San Simplicio, un obispo martirizado.
Dedica un momento a admirar el exterior de la iglesia, construida casi completamente en granito. El sencillo diseño de la iglesia incorpora una combinación de los estilos arquitectónicos toscano y lombardo. A la izquierda del portal podrás admirar un bajorrelieve de mármol que representa la entrada de Jesucristo en Jerusalén.
En el interior, contempla las tres naves de la iglesia, separadas por arcos que se sostienen sobre columnas y pilares. No te pierdas los dos frescos del siglo XIII que decoran el ábside. Dicen que el de la izquierda representa a San Simplicio, mientras que el de la derecha es un retrato de San Vittore.
La estatua más antigua y más venerada de la iglesia de San Simplicio se encuentra bajo el altar: es una escultura de madera dorada del siglo XVII, restaurada en el siglo XIX tras su redescubrimiento en una excavación arqueológica.
Si encuentras una buena oferta para viajar a Cerdeña en mayo, no solo disfrutarás del agradable clima de la isla, sino que además podrás asistir a la Festa di San Simplicio. En esta celebración dedicada al santo patrón de la ciudad se realiza una animada procesión que sale de la iglesia y recorre las calles de Olbia.
La basílica de San Simplicio se encuentra en el centro de Olbia, en la esquina entre las calles San Simplicio y Fausto Noce. La iglesia abre todos los días cierra a mediodía y tiene un horario ampliado durante el verano. La entrada es gratuita.