Sigue el sonido del eco que el agua produce en esta zona de vegetación frondosa para llegar a la cascada Velo de Novia, un rincón inolvidable en los viajes a Valle de Bravo. Relaja la mente mientras contemplas la belleza del paisaje. La cascada Velo de Novia mide 35 metros de altura y su nombre se debe a su aspecto, similar al del popular objeto nupcial. Se encuentra ubicada en una reserva natural, y su agua fluye hacia el lago Avándaro, en los alrededores.
El sendero que llega hasta la cascada es bastante breve y cruza una sección de árboles y arbustos exóticos. Dedica unos momentos a contemplar la cascada desde diferentes ángulos en los miradores que la recorren. Observa cómo fluye el agua por las rocas en forma de velo de novia. Quizá te apetezca subirlas para acercarte a la pared del precipicio y sentir la neblina de agua. Ten cuidado, pues la superficie de las rocas puede estar resbaladiza.
Sube hasta el mirador situado en uno de los puntos más altos de la reserva para contemplar las vistas del lago Avándaro. Trae todo lo necesario para descansar con un pícnic en este bello escenario natural. Puedes encontrar mesas y bancos a lo largo del arroyo que baja desde las cascadas. También puedes buscar un sitio tranquilo y disfrutar de un rato de reflexión.
La cascada Velo de Novia está a unos diez kilómetros al suroeste de Valle de Bravo. La manera más cómoda de llegar es en taxi. Hay zonas de estacionamiento gratuito en la zona. Aprovecha que estás allí para acercarte a otras atracciones de Valle de Bravo, como la plaza de la Independencia, la iglesia de San Francisco de Asís y el Museo Joaquín Arcadio Pagaza.
Puedes visitar las cascadas Velo de Novia y la reserva natural todos los días. La entrada es gratuita. Las cataratas son aún más impresionantes después de unos días de lluvia. Durante la temporada alta, es mejor llegar a este lugar por la mañana para evitar las multitudes. Si no quieres andar hasta allí, puedes pagar para recorrer la zona a caballo.