El castillo de Rosenborg sirvió de residencia a la monarquía danesa desde 1606 hasta 1710, y en él vivió el rey de la época, Cristián IV de Dinamarca. Hoy en día el castillo, Rosenborg Slot en danés, puede visitarse como museo, y alberga las colecciones de la casa real de Dinamarca. El jardín que lo rodea, Kogens Have, es uno de los destinos preferidos de los habitantes de Copenhague cuando buscan un rincón tranquilo o un lugar al aire libre donde divertirse.
El rey de la época, Cristián IV de Dinamarca, ha pasado a la historia por su desarrollo urbano de la capital y por haber sido artífice de muchos de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Entre ellos destaca el castillo de Rosenborg, construido en estilo renacentista holandés.
Si te acercas al castillo por la mañana temprano podrás ver a la guardia real danesa marchando hasta el palacio de Amalienborg. Durante el resto de la mañana podrás explorar los majestuosos interiores del castillo. Para conocer los detalles de su historia puedes seguir la visita autoguiada desde tu smartphone.
El castillo se ha restaurado de forma meticulosa para conservar las características originales y ofrece magníficos techos de estuco. Está repleto de mobiliario histórico y objetos cotidianos exclusivos. Observa la habitación del rey, con sus delicados azulejos de porcelana, y no te pierdas la sala de los espejos. En la sala de los caballeros encontrarás una colección de tapices que decora las paredes.
La colección permanente incluye cuadros, estatuas y documentos históricos. Las descripciones están en inglés y en danés. No te pierdas las joyas de la corona danesa y el trono del rey.
Aventúrate al exterior para visitar los magníficos jardines. Encontrarás una cafetería que sirve especialidades tradicionales danesas a base de pescado ahumado y cerveza local. Si lo prefieres, también puedes traer tu propio picnic. Adéntrate en los jardines para admirar la rica vegetación y los bonitos senderos a la sombra.
El castillo de Rosenborg se encuentra cerca del centro de la ciudad y se puede llegar a pie o en bicicleta. Si te mueves en metro, puedes bajar en la estación de Nørreport, cerca de la entrada del castillo. El castillo de Rosenborg abre todos los días en verano y cierra los lunes y los festivos durante el resto del año. Es preciso pagar una entrada de admisión y si quieres tomar fotografías, tendrás que abonar un suplemento. Se registrarán los bolsos medianos o grandes.