En la catedral de Mallorca podrás observar obras de cantería y esculturas que se remontan al siglo XIV, cuadros de Barceló y diseños de Gaudí.
Observa que la alta fachada decorativa de la catedral de Mallorca está orientada a la Meca en vez de a Jerusalén, como hacían casi todas las demás catedrales en el momento en que se construyó. Se debe al diseño de la mezquita que se encontraba en este lugar mucho antes de empezar la construcción de la catedral en el año 1300.
Por fuera, admira las altas agujas puntiagudas de la catedral. El exterior se añadió más tarde, después de que un terremoto causase graves daños a la fachada en 1851. El arquitecto Juan Bautista Peyronnet rediseñó la catedral en el moderno estilo gótico y sustituyó la mayoría de la estructura original renacentista por los elementos góticos que podemos ver hoy en día.
El más destacable de entre ellos son las cuatro estatuas situadas sobre la entrada, que representan a los santos Pedro, Pablo y Catalina Tomás, y a la figura histórica local que fue Ramón Llull. Justo encima del impresionante portal gótico, podrás ver esculturas que representan al Padre Eterno y la Última Cena.
Sigue paseando por fuera de la catedral para ver su enorme bóveda central, que llega a los 43 metros y se caracteriza por sus torretas y vidrieras redondas.
Al entrar, podrás ver el enorme baldaquino de hierro situado sobre el altar principal, diseñado por el famoso arquitecto Antoni Gaudí en 1909. En las paredes principales podrás ver cuadros del artista mallorquín contemporáneo Miquel Barceló. Sigue explorando la catedral y observa lo que los lugareños afirman que es una pieza de la Vera Cruz.
No te pierdas la preciosa capilla real en la que se encuentran las tumbas de los reyes Jaime II y III. Un elemento muy destacado es la vidriera de doce metros que representa coloridas flores y velas encendidas. Se construyó usando 1.236 piezas distintas de vidrio. Colócate debajo de ella un día de sol para descubrir por qué a este lugar se le llama la “catedral de la luz”.
La catedral de Mallorca se encuentra en el casco antiguo de la ciudad. Cierra los domingos en verano y todo el fin de semana en invierno. Se cobra una pequeña tarifa de entrada durante todo el año.