La catedral de Santiago de Compostela es una mezcla majestuosa de estilos arquitectónicos, con ricos detalles barrocos y góticos que embellecen su diseño románico. Sigue la popular ruta de peregrinaje del Camino de Santiago y visita su última parada, una catedral dedicada a Santiago, patrón de España.
La primera catedral que ocupó el lugar se construyó en el siglo IX, después del descubrimiento de la tumba del santo. Los árabes la destruyeron en el 997 y las obras de reconstrucción comenzaron en el año 1075. La fachada románica original se sustituyó en el siglo XVIII por la de estilo barroco que vemos hoy. El interior, no obstante, sigue siendo típico del románico, con bóvedas de cañón y numerosas capillas.
No te pierdas la principal obra de arte de la catedral, el Pórtico de la Gloria, justo al otro lado de la entrada oeste. Considerada una de las esculturas más bellas del románico, este impresionante pórtico es un diseño del Maestro Mateo y data del año 1188. Se compone de más de 200 esculturas que representan figuras del Viejo y el Nuevo Testamento. Examina la columna coronada con una imagen de Santiago y verás las muescas que han dejado los millones de peregrinos que han colocado aquí sus manos a lo largo de los siglos.
Acércate después al suntuoso altar principal, vigilado por una estatua del santo. Detrás, verás las escaleras en las que se alinean los peregrinos para besar o abrazar la estatua como colofón a su trayecto de peregrinaje. Baja los peldaños que llevan a la cripta bajo el altar, donde, al parecer, descansan los restos de Santiago en una urna de plata.
Reserva tiempo para visitar los museos catedralicios adyacentes, que albergan bellos tapices y objetos extraídos de yacimientos arqueológicos. Y asegúrate de visitar la sala dedicada a las distintas etapas de la construcción de la catedral. Verás interesantes planos y dibujos de los siglos XVII y XVIII.
El acceso a la catedral de Santiago de Compostela es gratuito, pero hay que pagar para entrar al museo. El horario de apertura varía según la temporada, y se pide a los turistas que no la visiten durante los servicios religiosos.