Sube en ascensor al observatorio del imponente Euromast, situado a 100 metros de altura. Y, si te sientes con ganas, sube después en el ascensor transparente hasta arriba del todo, a 185 metros de altura. Disfruta de una comida tranquila en el restaurante o experimenta una auténtica inyección de adrenalina haciendo rápel por el lateral del mástil.
Euromast es obra del arquitecto H.A. Maaskant y se inauguró en el año 1960. Aunque originalmente se construyó como una torre más pequeña que formaba parte de la exposición de horticultura Floriade, más tarde se amplió hasta alcanzar la altura actual. El término “mast” se escogió cuidadosamente, dado que tiene un significado similar en muchos idiomas europeos.
Accede a la plataforma de observación principal para mirar las estrellas o para ver mejor la ciudad desde allí. Busca los lugares más emblemáticos, como el puente de Erasmo o el estadio Feyenoord. Y, si quieres disfrutar de vistas aún mejores, sube en el ascensor de cristal rotatorio hasta lo más alto del mástil. Si el día es claro, podrás ver Amberes, en Bélgica.
Si aún no quieres bajar a tierra, come en el restaurante de la plataforma principal. Abre todos los días y sirve comidas tipo brunch, almuerzos y cenas. Dispone de un menú internacional variado con platos como ternera y pescado a la parrilla. También tienen menú infantil.
Los aficionados a los deportes extremos están de enhorabuena: pueden bajar en rápel por el mástil. Guías expertos te darán las instrucciones necesarias antes de bajar. Y no te vayas sin una parada delante del restaurante para tomar fotos inolvidables. Debes pagar por la actividad de rápel. Ponte en contacto con la recepción para organizarlo antes de tu llegada.
Euromast está situado cerca del centro de la ciudad y es una de las visitas imprescindibles en los viajes a Róterdam. Abre toda la semana y hay que pagar la entrada. El restaurante es muy popular, así que te recomendamos que reserves mesa con antelación.