Kleinmachnow es una pequeña ciudad del estado de Brandeburgo, a las afueras de Berlín. Se encuentra en las orillas del canal Teltow y está rodeada de bosques y campo. Aunque hasta el siglo XX solo era un pequeño pueblecito, tiene muchos monumentos característicos, como el castillo, la iglesia o sus pintorescas calles.
A principios del siglo XX empezó a crecer por su papel de ciudad dormitorio, pero después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial se produjo un declive en su desarrollo y pasó a formar parte de la Alemania Oriental. Desde la reunificación del país, la población ha ido aumentando y hoy en día Kleinmachnow es una ciudad próspera con una gran variedad de tiendas y restaurantes de calidad.
Pasea por las calles y contempla las elegantes casas mientras disfrutas del ambiente agradable de la ciudad. Admira la arquitectura de la iglesia o el antiguo molino o aprovecha para caminar por el bosque. Puedes acercarte al Machnower See y relajarte junto al agua del lago o seguir el canal hasta llegar a la esclusa de Kleinmachnow.
Uno de los monumentos más importantes de la ciudad es el castillo de Hakeburg. Este edificio neorrománico se construyó entre 1906 y 1908 para la familia von Hake, pero en la época precedente a la Segunda Guerra Mundial lo vendieron y lo transformaron en una residencia oficial. Bajo el mandato de la Alemania Oriental se convirtió en un lugar de reunión para los oficiales del servicio de inteligencia y más tarde pasó a ser una residencia para los altos dignatarios extranjeros.
Cuando termines de explorar la ciudad, dirígete a Potsdam. Esta bonita ciudad se encuentra a solo 15 kilómetros de Kleinmachnow y alberga algunos de los monumentos más impresionantes de Alemania, como Sanssouci, la Orangerie y el Palacio Nuevo. Si buscas fiesta, buena cocina y cultura urbana, acércate a Berlín y explora sus bares y restaurantes, además de su escena artística de vanguardia.
Kleinmachnow es una ciudad agradable con un ambiente relajante y algunas atracciones interesantes. Es una base ideal para explorar Potsdam y Berlín, sobre todo para quienes prefieren evitar el bullicio de las grandes ciudades.