Explora el impresionante castillo Larnach Castle y admira sus elaboradas figuras talladas en madera y sus arañas de cristal. Descubre la trágica historia de sus primeros habitantes y admira las vistas sobrecogedoras de la península de Otago desde sus tierras perfectamente cuidadas.
El primer y único castillo construido en Nueva Zelanda, el Larnach Castle, se erigió en una colina sobre la península de Otago en el siglo XIX. Fue un encargo de William Larnach, un mercante australiano que se convirtió en miembro del parlamento neozelandés. Larnach hizo construir el castillo sin reparar en gastos para su esposa Eliza. Pero la tragedia quiso que él se suicidara en 1898. Aunque el castillo ya no es propiedad de la familia Larnach, todavía es de propiedad privada.
Entrarás en el edificio por el vestíbulo y pronto repararás en que está construido casi en su totalidad de madera. Admira las exquisitas figuras talladas que decoran los muros y las puertas y ventanas abovedadas. Cada salón se ha restaurado con cuadros y mobiliario de la época, lo que te permitirá captar el estilo de vida de los victorianos de clase alta. Uno de los mejores es el salón de música, decorado con preciosos cuadros al óleo y una araña de luces. También verás un piano antiguo y otros instrumentos de principios del siglo XIX por todo el salón.
Sigue explorando el castillo y disfruta de otros puntos de interés. Entre ellos, cabe destacar un espléndido dormitorio principal con vistas a los jardines y a la península.
Adéntrate en las extensas tierras consideradas Jardines de Excelencia Internacional por la organización New Zealand Gardens Trust. Mientras paseas por la finca, admira un despliegue de plantas locales exóticas. Los visitantes más jóvenes disfrutarán buscando los calabozos y la estatua de piedra del Gato de Cheshire.
Después de dar un paseo por el jardín, vuelve al castillo y date un capricho tomando el té de la tarde en el gran salón de baile. En la tienda del recinto podrás comprar postales y otros recuerdos.
El Larnach Castle se encuentra a 20 minutos de Dunedin. Dispones de un servicio de autocar desde la ciudad que opera dos veces al día. La entrada al castillo, que abre todos los días, es de pago para todas las edades. Planifica tu viaje con antelación y así encontrar una buena oferta para viajar a Nueva Zelanda.
