Cubierto por una brillante cúpula plateada, el Marché Bonsecours se reconoce desde las calles empedradas del Vieux-Montréal. Este amplio edificio de mármol es uno de los monumentos inconfundibles de Montreal. Por dentro es tan típico de Quebec como por fuera, con tres plantas de boutiques, galerías y restaurantes que muestran las tradiciones de la provincia de Montreal.
El Marché Bonsecours se construyó en 1847 para impresionar a los visitantes de la ciudad y mostrar la grandeza de Montreal. Desde su origen sirvió como mercado agrícola central y, durante un período albergó el ayuntamiento de Montreal, antes de que fuera trasladado a su ubicación actual. Por suerte, el edificio ha sido remodelado para dejar sin palabras a todo el que se acerque, incluso de las generaciones futuras.
Recorre las boutiques del interior del edificio para ver una gran variedad de artículos exclusivos diseñados por los artesanos de Quebec. Los utensilios de cocina, la ropa y las joyas artesanales son fantásticos souvenirs y regalos para llevar a casa. Podrás visitar las galerías gratuitas para admirar las habilidades de los artistas y diseñadores canadienses.
Entre los restaurantes destaca el Cabaret du Roy, un restaurante temático galardonado que recrea el Montreal de 1705. Aquí podrás vivir la ciudad cuando aún era una colonia de la Nueva Francia. Mientras pruebas algún plato tradicional del Quebec rural, podrás conocer varios personajes del siglo XVIII, como la hija de un rey o un trampero barbudo.
En el Marché Bonsecours se encuentra también el Consejo de Oficios Artesanos de Québec, el Museo del traje y del textil, y el Instituto de Diseño Montreal. En las plantas superiores se celebran exposiciones y convenciones, la mejor manera de conocer la cultura de Montreal de primera mano. Si lo tuyo es la moda, asiste a la Braderie de la Mode Québécoise, un evento gratuito que tiene lugar durante varios días en abril y octubre. En él, más de 100 diseñadores locales exponen y venden sus últimas creaciones.
El Marché Bonsecours está situado en la parte este del Vieux-Montréal, y está bien comunicado en autobús o en metro. Aparcar puede ser complicado, pero hay un garaje que ofrece aparcamiento vigilado de pago a dos manzanas de distancia, en la Rue Champ de Mars. El acceso al mercado es gratuito, pero algunas exposiciones son de pago. El Marché Bonsecours abre todos los días.