El monte Areópago, que los romanos llamaban monte de Marte, está rodeado de numerosos mitos y leyendas, y constituye uno de esos rincones de obligada visita en los viajes a Atenas. Desde la cima podrás disfrutar de vistas espectaculares de la antigua ágora griega, de la ciudad de Atenas y de la costa.
Quizá quieras contratar a un guía para que te acompañe y te cuente las historias relacionadas con el lugar. La colina incluso aparece en la mitología como el sitio donde se juzgó a Ares, el dios griego de la guerra, por el asesinato de Halirrotio, el hijo del dios del mar, Poseidón. Según cuenta la leyenda, Ares acudió a la cima de Areópago para enfrentarse al juicio de los dioses del Olimpo, que finalmente lo absolvieron declarando que simplemente estaba protegiendo a su hija del comportamiento inapropiado de Halirrotio.
En la Grecia clásica, la montaña se siguió utilizando como tribunal, y hasta aquí llegaban los acusados de asesinato y traición para comparecer ante el Consejo del Areópago.
El guía también podrá contarte un montón de cosas sobre las historias que relacionan la colina con la Biblia. Según el texto sagrado, san Pablo pronunció aquí un sermón en el año 51 d.C., y también hay restos de una antigua iglesia en el lado norte de la colina dedicada a los primeros cristianos conversos de Atenas, con una placa de bronce que muestra una cita bíblica.
Desde la cima de la montaña es posible contemplar el ágora, el centro neurálgico de la antigua ciudad griega, así como las ruinas de varios templos y monumentos. De entre ellos merece una mención especial el templo de Hefesto, en el extremo occidental del ágora. Esta estructura se construyó originalmente en el año 449 a.C. y es uno de los templos griegos mejor conservados de la zona.
Además, la Acrópolis también es visible desde aquí. Si miras hacia el oeste, te encontrarás con las brillantes aguas del Egeo y el puerto del Pireo, donde atracan muchos cruceros.
El monte Areópago está situado al sur del ágora. El acceso al monte es gratuito. En cualquier caso, no olvides llevar calzado adecuado y prestar atención al subir la colina. Los peldaños de mármol están desgastados y pueden volverse bastante resbaladizos, sobre todo si están mojados.