El elegante muelle de Eastbourne es todo un símbolo de la ciudad, pues se llena de vida, especialmente, en los meses de verano, cuando los amantes de la playa se congregan ahí para comer, beber y casarse. Coge fuerzas con un delicioso helado o disfruta de los populares fish and chips y pasea por el muelle mientras contemplas las vistas al mar.
Pocas cosas reflejan tan bien las vacaciones británicas como un muelle. Muchas de estas estructuras se construyeron a lo largo de la costa inglesa durante la era victoriana. El muelle de Eastbourne se inauguró en 1870, aunque la porción que se extiende hacia la tierra se derrumbó por una tormenta siete años más tarde, por lo que tuvo que volver a construirse. El muelle también sufrió un incendio en 1970 y, de nuevo, volvió a sufrir en 2014, cuando la estructura se vio dañada por un incendio que destruyó gran parte de la construcción central. Acércate y descubre cómo se ha renovado el muelle.
Recorre el paseo marítimo y contempla la silueta del muelle a lo lejos. Esta imagen suele encontrarse en las postales y materiales turísticos relacionados con Eastbourne. Presta atención a la pérgola exterior que se encuentra al final del muelle, pues forma parte de la estructura original y sobrevivió al devastador incendio de 2014.
Anímate a recorrer todo el muelle, que se adentra en el mar. El muelle cuenta con variedad de comercios donde podrás comprar recuerdos de tu visita, prendas y cachivaches, así como aperitivos propios de la zona, como los rock candy. Regálate un helado y disfruta de una buena conversación con los comerciantes locales, que estarán encantados de compartir contigo las historias de cómo ha cambiado el muelle con el paso de los años.
No te olvides de tomar un delicioso té mientras contemplas el mar y disfrutas de scones y otros pasteles. Si tienes verdadera hambre, siempre puedes acercarte a alguno de los restaurantes de la zona o probar los famosos fish and chips en algún puesto. Observa a las gaviotas que sobrevuelan la zona con la esperanza de llevarse a la boca las sobras de los turistas.
No te vayas sin contemplar la puesta de sol y las fascinantes luces que iluminan el muelle al anochecer. El muelle de Eastbourne es de entrada gratuita, pero es recomendable llevar dinero encima para comprar comida, bebida y algún que otro regalo.