El Parque Ueno acogió, en su momento, uno de los templos más grandes de la ciudad. En la actualidad, es célebre por sus importantes museos e instituciones, y también por ser uno de los mejores rincones de Tokio para disfrutar de los cerezos en flor. Hacia finales de marzo y principios de abril, más de 1.000 cerezos florecen a lo largo del principal sendero del parque, un espectáculo que atrae a visitantes nacionales e internacionales. Trae todo lo necesario para hacer un pícnic y disfruta del hanami y de la delicada lluvia de flores de cerezo a tu alrededor.
Si accedes desde la entrada sur, busca la estatua de Saigo Takamori, un general de la batalla de Ueno. El templo original que se ubicaba en el parque se destruyó casi por completo durante esta batalla del siglo XIX. En 1873, la zona se convirtió en uno de los primeros parques de estilo occidental de Japón.
Pasea por los terrenos y visita el santuario Ueno Toshogu, famoso por sus farolas de cobre y por sus ricas tallas de madera. Construido en 1627, el santuario es una de las pocas estructuras del periodo Edo que se conservan en Tokio.
Aprovecha también la visita para acercarte al Museo Metropolitano de Arte de Tokio y echar un vistazo a sus exposiciones. El recinto no cuenta con colecciones permanentes, pero sus muestras temporales ofrecen de todo: desde art nouveau hasta estilos japoneses tradicionales.
Después, quizá te apetezca tomar algunas fotos del estanque Shinobazu, con aguas tranquilas cubiertas de flores de loto. Este rincón sereno, objeto de numerosas pinturas, contrasta fuertemente con el telón de fondo de la ciudad de Tokio, lo que lo convierte en un sitio muy popular para fotógrafos y artistas. Por su parte, el templo Kiyomizu Kannon, situado frente al estanque, se diseñó tomando como modelo el célebre templo homónimo de Kioto. Está dedicado a la diosa de la fertilidad, y suele ser un lugar muy frecuentado por parejas que desean tener un bebé.
Cerca de allí se encuentra la colina del Gran Buda, o Daibutsu Yama. Sigue las escaleras que llegan a la cima de este pequeño montículo y podrás contemplar el Ueno Daibutsu, un buda de bronce cuyo origen se remonta al siglo XVII. Aunque en su momento fue una estatua imponente, en la actualidad solo se conserva el gigantesco rostro del buda.
El Parque Ueno está situado al noreste del centro de Tokio, a poca distancia a pie de la estación Ueno. La entrada al parque es gratuita, pero es necesario pagar una tarifa mínima para visitar algunos de los museos presentes en las instalaciones.