La playa de Porth es un pequeño arenal que se encuentra entre dos imponentes promontorios. Esta playa presume de ser un poco más salvaje que las demás playas surferas de Newquay, ya que es menos concurrida y más virgen. No tardarás en encontrar un sitio sobre su arena dorada para tomar el sol y regalarte una jornada de lo más tranquila.
Respira el aire fresco y salado que llega con las olas del Atlántico. Saca fotos de sus acantilados y admira las sorprendentes formaciones rocosas que ahí se crean. Esta playa es ideal para familias, pues cuenta con un equipo de socorristas, una enorme extensión de arena y una zona amplia de agua poco profunda.
Anímate a buscar las piedras, las conchas y demás tesoros de las profundidades que se esconden entre la arena. Cuando la marea esté baja, acércate a las piscinas que se forman entre las rocas, donde te encontrarás algún que otro cangrejo. Cruza el puente peatonal que te traslada a la isla de Porth, donde podrás ver un agujero que dispara agua hacia arriba. Este se ve mejor cuando la marea está a media altura y los vientos son intensos.
Aprovecha tu visita para contemplar las casitas, perderte por los pintorescos callejones de Porth y caminar por los senderos que nacen en esta bahía.
Si te entra el hambre o la sed, acércate a las cafeterías y pubs tradicionales que se encuentran detrás de la playa. Esta es una playa pública, por lo que puedes acceder a ella en cualquier momento. Se prohíbe surfear durante las horas de servicio del equipo de socorristas en verano esto es, desde la mañana hasta las primeras horas de la noche. Tampoco se permite el acceso a perros entre Semana Santa y el mes de septiembre.
La playa de Porth se encuentra a 5 minutos en coche al noroeste de Newquay. También está a 35 minutos a pie de la estación de tren de Newquay. El camino desde la estación transcurre por parte de una de las rutas de senderismo más hermosas y largas del país: South West Coast Path. Al sureste de la playa, encontrarás también la hermosa cala de Lusty Glaze.