La playa Ilha de Tavira es la franja principal de la isla de bancos de arena que se extiende frente a la ciudad con la que comparte nombre. Aquí encontrarás mucho espacio para desconectar de todo y disfrutar del mar. El plan es sencillo: contemplar el océano y los barcos que navegan por el canal justo al lado, o salir a recorrer el parque natural Ría Formosa, que rodea la isla. Puedes darte un chapuzón o recostarte sobre una silla y tomar el sol.
Camina por las pasarelas de madera que cruzan las dunas hasta llegar a la playa. Una vez en la arena, puedes extender tu toalla, o bien alquilar una tumbona y una sombrilla y desconectar de todo con el sonido de las olas que rompen en la orilla. Frente a ti, un horizonte ininterrumpido de azul profundo.
Cuando el calor apriete, podrás disfrutar de un baño en las aguas tranquilas y cristalinas de una playa que presume de bandera azul y cuenta con la vigilancia de socorristas. Si viajas en familia, a los niños les encantará el lugar, ya que hay zonas poco profundas perfectas para chapotear y un malecón de roca en el extremo noreste de la isla. Al final de este rompeolas verás una bonita boya de color rojo y blanco. Quizá quieras pasar un rato contemplando cómo los yates y las embarcaciones a motor cruzan el canal que conecta la playa con el río Gilão.
También puedes pasear por la arena y recorrer el resto de la reserva natural. A medida que avanzas hacia el sur, la zona se vuelve más y más aislada. Si eres de los que busca la máxima tranquilidad para un día de playa, aquí podrás encontrar tu rincón privado de mar.
Cuando llegue el hambre, hay un par de restaurantes detrás de la sección principal en los que podrás tomar una copa o comer algo con vistas al océano Atlántico.
La playa Ilha de Tavira es la principal de la localidad, y solo se puede acceder en barco o en taxi acuático. Para la primera opción, debes ir a Rua José Pires Padhina y, para el taxi acuático, a Quatro Águas.