Si quieres entender cómo este pequeño país se convirtió en una superpotencia en materia de arte y comercio, visita el Rijksmuseum. Explora entre millones de obras de arte y objetos históricos en más de 200 salas. Podrás ver los famosos cuadros de Rembrandt y Vermeer, además de otros cientos de artistas, y admirar el vistoso edificio.
El Rijksmuseum se fundó en 1800 y se trasladó a su ubicación actual en 1885. El célebre arquitecto holandés Pierre Cuypers se inspiró en el gótico y el renacimiento para diseñar este ornamental edificio. Alberga la más bella colección de obras de arte del país y, después de años de restauraciones, el vestíbulo principal volvió a abrirse al público en abril de 2013. No dejes de observar las representaciones en baldosas de la fachada exterior y el interior palaciego con techos abovedados, suelos de mosaicos y vidrieras.
La amplia colección de la Edad de Oro holandesa es impresionante y se puede tardar fácilmente una mañana o una tarde enteras en visitarla. La colección más preciada del museo es un conjunto de cuadros de Rembrandt van Rijn, que incluye su obra maestra, La ronda de noche, en la que se representa a un grupo de guardias militares que parecen estar a punto de salir del lienzo. Una escena mucho más tranquila es la de La Lechera de Johannes Vermeer.
Este museo incluye mucho más que cuadros holandeses. La colección de arte asiático cuenta con 8000 objetos, que van desde cuadros, litografías y esculturas hasta cajas lacadas, joyas y boles de té. Otras colecciones cuentan con cerca de 1000 esculturas occidentales, una historia del diseño interior holandés y unos 10000 artículos de moda, desde túnicas hasta relojes de bolsillo.
Reserva al menos medio día para ver las principales obras del Rijksmuseum, parada obligada en los viajes a Ámsterdam. Compra tus entradas en el sitio web oficial para evitar tener que hacer colas.
El Rijksmuseum está situado entre Stadhouderskade y Museumplein y está abierto todos los días, excepto en Año Nuevo. Tienes muchas opciones de transporte público. Los cruceros en barco por el canal con opción de subir y bajar paran justo delante del museo. Hay aparcamientos en el centro, pero las plazas son limitadas.