Visita Stephansplatz en el centro de Viena y disfruta de una plaza que rebosa de actividad durante el día y la noche. Elige una cafetería y pasa un buen rato contemplando el mundo frente a ti, o visita dos de los edificios más destacados de la ciudad: la catedral de San Esteban y el salón de té Haas-Haus.
Dirígete al lateral de Stephansplatz y admira la catedral de San Esteban, que otorga a la plaza su nombre. Se trata de una de las catedrales más altas del mundo. Fíjate en el tejado, cubierto con 230.000 losetas vitrificadas que forman un mosaico de un águila bicéfala. Solía ser el símbolo de la antigua familia gobernante, los Habsburgo. Adéntrate para escapar del bullicio de la plaza y para explorar los tesoros religiosos y artísticos de la catedral.
Una vez hayas terminado la visita a la catedral de San Esteban, pasea por el lado opuesto de la plaza para ver el posmoderno salón de té Haas-Haus. El edificio ofrece un fuerte contraste con la catedral de San Esteban, con su diseño posmoderno y un resplandeciente cristal delantero.
Reserva tiempo para descansar en una de las cafeterías de la zona y disfrutar observando a la gente pasar. Durante los meses de verano, los mejores artistas callejeros de Viena captarán tu atención. Baja por las cercanas calles Kärntner y Graben y date un capricho durante unas horas de compras.
En la esquina de estas dos calles encontrarás una reliquia fascinante de la época medieval. Protegido tras una hornacina cubierta de vidrio se encuentra el Stock-im-Eisen, o tronco de hierro, un trozo de árbol en el que herreros y cerrajeros han clavado cientos de clavos desde el siglo XV.
Aprovecha una oferta de viaje a Viena para visitar esta plaza, ubicada en el centro de la ciudad y a poca distancia a pie de otros grandes atractivos. Si estás cansado de caminar o te apetece un paseo romántico, haz una visita guiada por la zona en un carruaje de caballos. La estación de metro de Stephansplatz es una de las más grandes de la ciudad.