Merece la pena el pequeño trayecto en ferry desde el Gran Palacio o Wat Pho para cruzar el río Chao Phraya y visitar Wat Arun, por su significado histórico, el elaborado diseño y las hermosas vistas que ofrece. Ponte en la orilla opuesta del río al atardecer y prepara la cámara: disfrutarás de un impresionante panorama con la imponente silueta de la torre recortada contra los tonos púrpuras del cielo.
El edificio original era un modesto santuario. En el sigloXVIII, el rey Taksin fijó en este lugar la capital de su reino y erigió un templo de estilo muy recargado para la estatua sagrada del Buda de Esmeralda. Cuando vio que era el primer edificio de la ciudad en recibir el beso de la luz al alba, lo bautizó como "Templo del Amanecer". "Aruna" es el dios hindú del amanecer y "wat" significa templo. En 1782, el rey RamaI trasladó la capital al otro lado del río y se llevó la estatua consigo. A principios del sigloXIX, dos de sus sucesores añadieron las torres del templo, de estilo jemer.
La pagoda de cuatro esquinas o "prang" es una representación arquitectónica del mítico monte Meru, el centro del mundo en la cosmología budista. Acércate bien si quieres observar los minúsculos fragmentos de porcelana y de vidrio tintado que confieren su brillo al tejado. Si subes por las escaleras de la torre principal, podrás disfrutar del panorama de la ciudad. Cuando vayas a salir, fíjate en las estatuas que representan monos, demonios y encarnaciones de Buda. Dentro encontrarás un Buda dorado, con las cenizas del rey RamaII enterradas a sus pies. También son interesantes los murales que muestran la figura del príncipe Siddharta, líder espiritual, durante las distintas etapas de su vida.
Wat Arun es uno de los pocos lugares destacados de Bangkok situado en la margen occidental del río. El templo abre todos los días y para acceder hay que pagar la entrada. Para llegar allí desde el Gran Palacio, tienes que cruzar el río tomando el ferry en el muelle de Tha Tien. Tarda unos minutos y es muy barato. Si llegas al final del día, no olvides permanecer un rato en la ribera oriental, para ver cómo se pone el sol por detrás del templo.