Camina junto a los grandiosos salones de Wolvesey, una de las principales atracciones de los viajes a Winchester, y observa sus arcos de piedra bien bellamente conservados. Visita el lugar donde se realizaban los banquetes y descubre los nombres de los miembros de la realeza que visitaban el castillo.
El castillo Wolvesey, obra de Henry de Blois en el sigloXII, era la residencia del obispo de Winchester durante la Edad Media.
Camia junto a la casa actual del obispo y adéntrate en el patio del castillo. En otros tiempos, debía cruzarse un foso profundo que rodeaba todo el castillo aunque ahora se encuentra tapado.
Una vez en el interior, gira a la izquierda para ver los restos del salón oeste. Aunque está parcialmente enterrado bajo el palacio moderno, aún se puede ver el extremo norte. Esta sección se comunica con un área de letrinas que desembocaban en el foso.
Desde aquí puedes ver el lado opuesto del castillo, que se mantiene casi intacto. El elemento más destacado es el salón este, que mide 27metros de longitud y constaba de varias plantas. Contempla las hileras de ventanas curvas y puertas con arcos que se construyeron con pequeños bloques de pesadas piedras. El salón se utilizaba para las audiencias públicas, reuniones y ceremonias.
Más allá del salón este, verás un angosto edificio que se asemeja a una torre. Observa de cerca lo delgadas que son los muros. Como, por este motivo, no resultaba una edificación útil como elemento defensivo del castillo, aquí se instaló la cocina donde se preparó el festín para la boda de los reyes MaríaI y FelipeII de España, en1554. Los carteles ubicados en los alrededores indican que el rey EnriqueIV y Juana de Navarra también asistieron a una comida importante en este lugar en1403.
El castillo Wolvesey está ubicado en el centro de Winchester, a unos pasos hacia el sureste de la catedral. Abre todos los días entre abril y noviembre, y la entrada es gratuita.