Las piedras del puerto de Hobart están impregnadas de historia. Los edificios coloniales son ahora galerías donde se puede comer marisco fresco y contemplar una famosa regata de yates.
Viaja a los tiempos en los que Tasmania era una colonia penitenciaria y descubre cómo vivían los presidiarios de uno de los asentamientos más duros del Imperio británico.
Viaja a los tiempos en los que Tasmania era una colonia penitenciaria y descubre cómo vivían los presidiarios de uno de los asentamientos más duros del Imperio británico.
Las piedras del puerto de Hobart están impregnadas de historia. Los edificios coloniales son ahora galerías donde se puede comer marisco fresco y contemplar una famosa regata de yates.
Pasa un día en el lugar en el que los almacenes de piedra arenisca albergan restaurantes de alta cocina, bares de moda, galerías y un bullicioso mercado los sábados.
Antaño una famosa prisión, esta ciudad costera es ahora el centro cultural de Tasmania, que atrae a amantes de la buena mesa y de la naturaleza de todo el mundo.
Antaño una famosa prisión, esta ciudad costera es ahora el centro cultural de Tasmania, que atrae a amantes de la buena mesa y de la naturaleza de todo el mundo.
Pasa un día en el lugar en el que los almacenes de piedra arenisca albergan restaurantes de alta cocina, bares de moda, galerías y un bullicioso mercado los sábados.
Antaño una famosa prisión, esta ciudad costera es ahora el centro cultural de Tasmania, que atrae a amantes de la buena mesa y de la naturaleza de todo el mundo.
Viaja a los tiempos en los que Tasmania era una colonia penitenciaria y descubre cómo vivían los presidiarios de uno de los asentamientos más duros del Imperio británico.