Cuando viajes a Berlín, ciudad antes más conocida por su división que por su fascinante historia y arquitectura, descubrirás que es ahora una ciudad unida, y sumamente moderna y cosmopolita en la que disfrutar a través de sus museos, plazas y festivales.
Este palacio con decoración gótica perteneció a la familia de los Habsburgo durante más de 450 años y aún es uno de los tres edificios más importantes de Austria.
En este recinto costero ubicado en Calabria, la región del sur de Italia, hay un pintoresco pueblo medieval que desciende por acantilados rocosos hasta espectaculares bahías y playas.
Este famoso museo de arte español e internacional contemporáneo cuenta con una de las mejores colecciones del mundo y es visita obligada para los amantes del arte.
Venecia, conocida como “la ciudad de los canales”, es el culmen de lo romántico, con sus góndolas, cantantes callejeros, impresionantes “palazzos” e iglesias y esa atmósfera cercana a la intemporalidad que la caracteriza.
Los únicos rascacielos de Alemania se encuentran en la capital económica de Europa, que también es una ciudad conocida por su vino dulce de manzana y algunos de los mejores museos del país.
Examina fabulosos frescos y arañas de cristal, y sube después a una torre que esconde una antigua cárcel secreta en la que se detuvo a presos de renombre.