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La mayor isla de los Estados Unidos es un paraíso tropical en el que puedes nadar, excursionar y explorar volcanes.

El monte Rainier, tan grande que ha dado nombre a un parque nacional, es una montaña volcánica cubierta de nieve que resulta claramente visible desde Seattle.

Sus aguas azul cielo, montañas glaciares y la isla Spirit hacen de él uno de los puntos más emblemáticos de las Montañas Rocosas canadienses para ir a pescar o dar un paseo en barco.

La vista de este lago turquesa en el Valle de los Diez Picos ha sido inmortalizada en incontables postales y en el dorso de billetes de 20 dólares canadienses.

Una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo se encuentra a poca distancia de Las Vegas y es el lugar perfecto para una pequeña excursión.

El sur de Nápoles es una zona increíblemente bella y su impresionante ruta costera se abre camino entre limoneros, viñedos y pueblos en lo alto del acantilado.

Pasea entre árboles centenarios, humedales y exposiciones botánicas mientras disfrutas de un remanso de paz para descansar un poco del turismo urbano.

El gran pulmón de Berlín es una tranquila zona de bosques, praderas y estanques situada justo en el centro de la ciudad.

Esta preciosa ciudad al sur de Italia situada frente al mar es conocida por sus antiguos edificios romanos, sus preciosos paisajes y un ritmo de vida relajado.

La Isla Norte de Nueva Zelanda es un paraíso subtropical con playas cristalinas, bosques verdes y una oferta cultural impresionante. Un destino perfecto para cualquier momento del año.

En esta apartada playa encontrarás aguas cristalinas, zonas de surf con un fuerte oleaje y playas de arena negra rodeadas de acantilados de color esmeralda y selva tropical.

Este país del interior de Latinoamérica es un destino de extraordinaria diversidad geográfica, fauna salvaje de todo tipo, fascinante patrimonio colonial y culturas indígenas.

Bienvenido al oasis de estilo de California, con su fondo de montañas áridas, filas de altas palmeras y arquitectura elegante de la década de 1950.

Una tranquila localidad caribeña que te deleitará con su intacta belleza natural, un extenso arrecife de coral y un denso manglar.

Los paisajes oníricos, los fósiles de dinosaurios y las ciudades mineras históricas hacen de este valle un paraíso para paleontólogos, geólogos y cineastas.

El monte Rainier, tan grande que ha dado nombre a un parque nacional, es una montaña volcánica cubierta de nieve que resulta claramente visible desde Seattle.

Conduce alrededor del cráter de un volcán en erupción y aprende la importancia cultural de la lava para los antiguos hawaianos.