Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
Este lago depende para llenarse del agua glaciar derretida y cambia de forma drástica con cada estación. La desaparición de su agua ha fascinado a la gente durante miles de años.
Compra frutas y verduras frescas, asiste a clases de cocina, prueba algunas de las especialidades locales, y busca piezas de coleccionista en este famoso mercado.
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El encanto de La Ciudad de los Cien Campanarios te atrapará con su identidad francesa, los festivales que se celebran durante todo el año y uno de los cascos antiguos más cuidadosamente conservados de Norteamérica.
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Productos locales frescos, obras de artesanía y patios históricos son solo una muestra de lo que encontrarás en el mercado más antiguo y concurrido de Ottawa.
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