Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
Situado en una bahía de la costa oeste de la isla de Vancouver, en esta ciudad turística podrás realizar excursiones por el bosque, surfear en las playas y apuntarte a viajes para avistar ballenas.
En tus vacaciones en Ontario, podrás visitar la capital del país, una de sus ciudades más grandes y una famosa atracción natural en su región sudoeste. En el norte encontrarás una tunda agreste y lagos rodeados de bosques.
El interior dorado y azul del corazón espiritual de Montreal fascina tanto a visitantes como a peregrinos. Antiguamente era el lugar de culto más grande de toda Norteamérica.
Escucha historias de viajes marítimos de otras épocas, contempla ballenas jorobadas, adéntrate en el mar y disfruta de la arquitectura tradicional de esta antigua ciudad portuaria.
Resérvate un día para disfrutar de la tradición, la cultura y la gastronomía en Quidi Vidi, un pueblo pesquero de la costa que combina una historia fascinante con bellos paisajes y un próspero panorama artístico y artesano.
Visita este espectacular parque en el norte de la isla de Cabo Bretón y podrás recorrer bosques, contemplar delfines y ballenas o nadar en lagos de agua dulce.
Por su amplia oferta de galerías, museos, parques naturales y enclaves históricos, la deslumbrante capital canadiense es una escapada cultural y romántica perfecta.
Bajo los rascacielos, este vecindario ofrece grandes espacios cívicos, tiendas de lujo, 30 salas de conciertos y el complejo subterráneo más grande del planeta.
Disfruta de unas de las mejores vistas de la ciudad y en invierno de un enorme tobogán de hielo en este paseo que discurre en lo alto sobre el río San Lorenzo.
Una vez núcleo de la floreciente industria naval de Montreal, esta zona histórica y recreativa atrae ahora millones de visitantes a las orillas del río San Lorenzo.
El interior dorado y azul del corazón espiritual de Montreal fascina tanto a visitantes como a peregrinos. Antiguamente era el lugar de culto más grande de toda Norteamérica.
Una vez núcleo de la floreciente industria naval de Montreal, esta zona histórica y recreativa atrae ahora millones de visitantes a las orillas del río San Lorenzo.