Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
En las montañas laurentinas de Canadá se encuentra un complejo alpino que ofrece aventuras al aire libre, paisajes pintorescos y festivales de música durante todo el año.
Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
En las montañas laurentinas de Canadá se encuentra un complejo alpino que ofrece aventuras al aire libre, paisajes pintorescos y festivales de música durante todo el año.
Esta zona histórica del centro de Montreal estaba rodeada antiguamente por una muralla; hoy en día es uno de los centros urbanos más antiguos y mejor conservados de toda América del Norte.
En las montañas laurentinas de Canadá se encuentra un complejo alpino que ofrece aventuras al aire libre, paisajes pintorescos y festivales de música durante todo el año.
Esta zona histórica del centro de Montreal estaba rodeada antiguamente por una muralla; hoy en día es uno de los centros urbanos más antiguos y mejor conservados de toda América del Norte.
Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
Por su amplia oferta de galerías, museos, parques naturales y enclaves históricos, la deslumbrante capital canadiense es una escapada cultural y romántica perfecta.
Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
A este conjunto de colinas del centro de Montreal acuden los residentes a disfrutar del aire libre. Puedes hacer excursionismo o patinaje sobre hielo y disfrutar de las vistas de la ciudad.
Esta zona histórica del centro de Montreal estaba rodeada antiguamente por una muralla; hoy en día es uno de los centros urbanos más antiguos y mejor conservados de toda América del Norte.
Bajo los rascacielos, este vecindario ofrece grandes espacios cívicos, tiendas de lujo, 30 salas de conciertos y el complejo subterráneo más grande del planeta.