Esta mansión del siglo XIX es excepcional por el comedor circular, la escalinata suspendida en espiral de tres alturas y los refinados detalles de los acabados.
Este cordón litoral de Carolina del Sur atrae visitantes por su relajada atmósfera y sus actividades como buscar objetos en la playa, jugar al golf, hacer senderismo y disfrutar de buena gastronomía.