La menor de las tres cascadas de las Cataratas del Niágara resulta igualmente impresionante, sobre todo si se acompaña de una visita a la Cueva de los Vientos.
Descubre animales acuáticos de diversa procedencia (desde los Grandes Lagos hasta el río Amazonas) y diviértete observando los espectáculos de leones marinos y dando de comer a los pingüinos.