Sube a lo alto de la torre Branca para admirar el parque más grande de Milán, o alquila una bicicleta para recorrer los senderos sombreados que serpentean por los verdes céspedes y antiguos monumentos.
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Los amantes de la arquitectura apreciarán este arco como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica en una ciudad famosa por sus hermosos edificios antiguos.
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