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Unas vacaciones en Courmayeur son la oportunidad ideal para descubrir y disfrutar de las tradiciones alpinas a los pies del Mont Blanc, en un verde valle rodeado de bosque, montañas y glaciares. A pesar de ser un centro turístico de fama internacional, Courmayeur todavía conserva una auténtica atmósfera alpina, como podrás comprobar mientras paseas entre las tiendas de la estrecha y sinuosa calle Via Roma, en el centro de la ciudad, o en las aldeas que rodean el corazón de la ciudad, donde los ríos Dora della Val Veny y Dora della Val Ferret confluyen en el Dora Baltea, cruzando la región del Valle de Aosta. En este lugar, la hospitalidad, el amor por las tradiciones y el respeto por la arquitectura local están presentes en cada detalle.

Unas vacaciones en Courmayeur son la oportunidad ideal para descubrir y disfrutar de las tradiciones alpinas a los pies del Mont Blanc, en un verde valle rodeado de bosque, montañas y glaciares. A pesar de ser un centro turístico de fama internacional, Courmayeur todavía conserva una auténtica atmósfera alpina, como podrás comprobar mientras paseas entre las tiendas de la estrecha y sinuosa calle Via Roma, en el centro de la ciudad, o en las aldeas que rodean el corazón de la ciudad, donde los ríos Dora della Val Veny y Dora della Val Ferret confluyen en el Dora Baltea, cruzando la región del Valle de Aosta. En este lugar, la hospitalidad, el amor por las tradiciones y el respeto por la arquitectura local están presentes en cada detalle.

Unas vacaciones en Courmayeur son la oportunidad ideal para descubrir y disfrutar de las tradiciones alpinas a los pies del Mont Blanc, en un verde valle rodeado de bosque, montañas y glaciares. A pesar de ser un centro turístico de fama internacional, Courmayeur todavía conserva una auténtica atmósfera alpina, como podrás comprobar mientras paseas entre las tiendas de la estrecha y sinuosa calle Via Roma, en el centro de la ciudad, o en las aldeas que rodean el corazón de la ciudad, donde los ríos Dora della Val Veny y Dora della Val Ferret confluyen en el Dora Baltea, cruzando la región del Valle de Aosta. En este lugar, la hospitalidad, el amor por las tradiciones y el respeto por la arquitectura local están presentes en cada detalle.