Pasea o recorre en bici el monte de matorral, visita los jardines botánicos o contempla las espectaculares vistas de los rascacielos de la ciudad, el río y la bahía.
Come, cena, bebe o acude a un espectáculo o exposición en uno de los centros de arte más icónicos de Brisbane, que cuenta con una preciosa terraza en la ribera.
Acampa en una playa casi desierta, recorre la costa para avistar grandes criaturas marinas, y explora las reliquias aborígenes y de la II Guerra Mundial.