El templo más antiguo de Tokio fue construido hace siglos en honor a la diosa de la misericordia. Actualmente atrae a miles de visitantes a diario tanto por su interés cultural como para practicar la oración budista.
Este barrio de las afueras de Tokio es, desde hace mucho, el centro de la juventud tokiota y de la cultura del “cosplay”, el lugar para comprar, comer algo, ver y ser visto, y echar un vistazo al futuro de la moda.