Filadelfia, famosa en todo el mundo por su importancia histórica en la fundación de Estados Unidos, es quizás una de las ciudades más “clásicas” del país.
El Capitolio, situado en lo alto de la colina que lleva su nombre, es un lugar emblemático de Washington y la sede de la democracia americana desde hace más de 200 años.
Rinde homenaje a los héroes caídos frente a un monumento que invita a la reflexión, dedicado a aquellos que perdieron la vida durante los tres años que duró la guerra de Corea.
Las cataratas del Niágara son una atracción tan inmensa que, literalmente, se encuentran a caballo entre dos países: cruzan la frontera entre el estado de Nueva York y la provincia canadiense de Ontario.