Fotos de Aves, Faros, Jardines y parques + Religión en Alemania

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Cuando viajes a Berlín, ciudad antes más conocida por su división que por su fascinante historia y arquitectura, descubrirás que es ahora una ciudad unida, y sumamente moderna y cosmopolita en la que disfrutar a través de sus museos, plazas y festivales.

Déjate deslumbrar por las imponentes seis torres de la catedral de arenisca roja, un reflejo de la rica historia milenaria de la ciudad de Maguncia.

Cientos de museos, teatros, salas de conciertos o estadios deportivos se distribuyen a lo largo de las ciudades de esta región de tradición minera al oeste de Alemania.

Cuando viajes a Mannheim, aprovecha para visitar esta plaza neobarroca para ver cómo los chorros que surgen frente a la Torre del Agua se entrecruzan e iluminan.

La Marktkirche es todo un tesoro del siglo XIV que deslumbra con su estilo gótico y sus muros de ladrillo rojo a todos aquellos que se acercan a contemplarla.

Las murallas milenarias de Kaiserpfalz Kaiserswerth protegen impresionantes obras de arte junto al río Rin. No te las pierdas cuando viajes a Düsseldorf.

El parque Herrenhäuser Gärten es un exuberante jardín que esconde verdaderas joyas, como mansiones barrocas, museos y hermosas fuentes.

El gran pulmón de Berlín es una tranquila zona de bosques, praderas y estanques situada justo en el centro de la ciudad.

Darmstadt, una ciudad en el estado de Hesse, al sur de Fráncfort, fue la sede de famoso Landgraviato de Hesse-Darmstadt en la década de 1600.

Darmstadt, una ciudad en el estado de Hesse, al sur de Fráncfort, fue la sede de famoso Landgraviato de Hesse-Darmstadt en la década de 1600.

Darmstadt, una ciudad en el estado de Hesse, al sur de Fráncfort, fue la sede de famoso Landgraviato de Hesse-Darmstadt en la década de 1600.

Esta iglesia de tres naves es el último edificio de estilo románico de la región y está integrado en la única puerta de la ciudad que se conserva en nuestros días.

La joya del precioso casco histórico de Meersburg es este espectacular palacio del siglo XVIII con grandes salones de mármol. 

A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.