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Cuando viajes a Berlín, ciudad antes más conocida por su división que por su fascinante historia y arquitectura, descubrirás que es ahora una ciudad unida, y sumamente moderna y cosmopolita en la que disfrutar a través de sus museos, plazas y festivales.

Cientos de museos, teatros, salas de conciertos o estadios deportivos se distribuyen a lo largo de las ciudades de esta región de tradición minera al oeste de Alemania.

El gran pulmón de Berlín es una tranquila zona de bosques, praderas y estanques situada justo en el centro de la ciudad.

La Marktkirche es todo un tesoro del siglo XIV que deslumbra con su estilo gótico y sus muros de ladrillo rojo a todos aquellos que se acercan a contemplarla.

Déjate deslumbrar por las imponentes seis torres de la catedral de arenisca roja, un reflejo de la rica historia milenaria de la ciudad de Maguncia.

Huye de la ciudad y refúgiate en uno de los parques urbanos más grandes del mundo, que alberga lagos y praderas, además de cervecerías al aire libre y una variedad de interesantes objetos históricos.

Máximos exponentes de la innovación que albergan las más impresionantes obras de arte a partir del siglo XX. Esto es lo que te espera.

A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.

El Museo Sprengel presume de extraordinarias obras de arte moderno, magníficos trabajos sobre papel y unas maravillosas vistas del lago desde el mirador.

El Museo Sprengel presume de extraordinarias obras de arte moderno, magníficos trabajos sobre papel y unas maravillosas vistas del lago desde el mirador.

A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.

Descubre el mundo que te rodea con las 300 exposiciones relacionadas con la tecnología, la humanidad y la naturaleza en este centro de ciencias de última generación que tiene forma de concha futurista.

A las faldas del bosque de Turingia y del Parque Nacional de Hainich, se encuentra esta pintoresca ciudad en la que Martín Lutero pasó su infancia y que vio nacer a Bach.