By Expedia Team, on December 20, 2019

Barrios de Praga: un paseo por Malá Strana

“Este barrio de Praga, cuyo nombre significa literalmente Lado Pequeño, pero que suele traducirse como Ciudad Pequeña, es uno de los distritos más antiguos y llenos de historia de la capital de la República Checa, pues desde el siglo XVIII apenas se han levantado construcciones nuevas en él. Por ello, conserva todavía una agradable atmósfera dieciochesca que hace de él uno de los sitios más románticos de Europa. Accesible desde el famoso puente de Carlos IV, recorrer Malá Strana a pie es una de las mejores formas de descubrir los encantadores rincones que este barrio emblemático de Praga tiene para ofrecernos. A continuación te presentamos los lugares que no te puedes perder de este barrio lleno de arte y de historia.

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El puente de Carlos IV
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Este espectacular puente es tal vez el monumento más famoso y fotografiado de Praga, ya que la imagen del puente con el Castillo de Praga al fondo es una de las señas de identidad de la ciudad. Actualmente es peatonal, pero en el pasado podían cruzarlo cuatro carruajes a la vez. Se construyó en 1357 y fue el único puente de Praga hasta mediados del XVIII. Está decorado con 31 conjuntos escultóricos, aunque la mayoría son copias, ya que los originales están en el Lapidarium para evitar su deterioro. Los dos extremos del puente están guardados por sendas torres. La del lado de la Ciudad Vieja es de los mejores ejemplos de su clase y posee un mirador en la primera planta.

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Isla de Kampa
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Una vez hayáis cruzado el puente de Carlos, lo mejor es dar un paseo por la isla de Kampa, que posee un amplio parque y ofrece vistas de la Ciudad Vieja al otro lado del río. Para acceder a ella tendréis que descender por una escalera que hay justo detrás de la estatua de Santa Lutgarda, al final del puente. Se trata de una isla porque está separada del resto del barrio por un canal del Moldava, conocido como Čertovka (el Arroyo del Diablo). Este arroyo discurre por una hilera de casas, por lo que esta zona es conocida como la Venecia de Praga.

El parque es un auténtico remanso de paz y en el Museo Kampa podréis admirar obras de arte checo contemporáneo.

Plaza de Malá Strana
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Podéis encaminaros después a la plaza de Malá Strana por la calle Karmelistká, donde se encuentra la Iglesia de Santa María de la Victoria y San Antonio de Padua, que alberga una imagen del Niño Jesús del siglo XVI, procedente de España y que se considera milagrosa. En lo que respecta a la plaza, siempre ha sido el corazón del barrio desde que este se fundó a mediados del siglo XIII. En el centro veréis la Columna de la Peste, con 20 metros de altura y levantada en 1713 para agradecer el final de una epidemia de peste negra que asoló la ciudad durante dos años. En esta plaza veréis también la iglesia de San Nicolás, cuya iglesia y campanario son los elementos más característicos de barrio de Malá Strana. El interior está decorado con magníficos frescos y su impresionante órgano tiene cuatro mil tubos. Según la leyenda, en la pintura que representa la muerte de San Javier se oculta un secreto que aportará a quien lo descifre inmensas riquezas.

Para descansar, podéis tomar algo en el Malostranska Kavarna (Café Malá Strana), el más famoso a este lado del Moldava.

Palacio y jardín Wallenstein
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Este palacio y sus jardines ocupan una extensa área al norte del barrio. Fue construido por el militar Albrecht von Wallenstein con la intención de hacer sombra al castillo de Praga. Actualmente alberga el Senado checo.

En lo que respecta a los jardines, se han conservado igual que en sus orígenes. Además de un par de bonitos pabellones, encontraréis la recreación de una cueva con sus estalactitas. Los pavos reales campan a sus anchas por estos terrenos.

Jardines Vrtba
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Estos bellísimos jardines barrocos están a pocos metros de la plaza de Malá Strana, en la ladera de la colina Petřín, y forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Su origen se debe a Frantisek Maxmilián Kanka entre 1715 y 1720 para el palacio del conde de Vrtba. Su estilo es barroco italiano y están formados por una serie de terrazas conectadas mediante escalinatas. Al no verse desde la calle, no es un lugar muy concurrido, por lo que es casi seguro que podréis haceros bonitos retratos con total tranquilidad.

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Castillo de Praga
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Este castillo es una auténtica ciudad palaciega dentro de la propia Praga, ya que en su interior encontraréis viviendas, palacios, iglesias… Las últimas ampliaciones son de época renacentista y se deben a Rodolfo II, el último rey de los Habsburgo que se alojó en este castillo.

Los lugares más destacados dentro del castillo son la Catedral de San Vito, el Callejón del Oro y los Jardines Sur.

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