Navega por el río Swan hasta la isla de Rottnest -cariñosamente apodada Rotto por los lugareños- para recorrer este idílico paraíso en autobús y a pie. Contempla los delfines desde el mirador de West End, aprende sobre la época en que la isla fue una colonia penal y acércate a su diminuto canguro autóctono, el quokka.

Dirígete al embarcadero de Perth y sube a bordo de un transbordador para un rápido y pintoresco viaje a la isla de Rottnest. Esta isla baja y arenosa sólo tiene 11 km de largo y 5 km de ancho. Siéntate en un cómodo autocar y circunnavega la isla, contemplando tramos de playa de arena y zonas de costa escarpada.

Observa las focas peleteras que toman el sol en las rocas mientras tu guía te cuenta la historia marítima de la isla y su pasado más turbulento. Antes de convertirse en destino turístico, la isla de Rottnest pasó un siglo como colonia penal para presos aborígenes de todo el país.

En la actualidad, la isla sigue teniendo un gran significado para las comunidades aborígenes, no por su prisión del siglo XIX, sino por la presencia de artefactos y yacimientos espirituales que datan de hace 6.500 años. Bájate del autobús en West End para pasear por el paseo marítimo hasta el Faro de Wadjemup. Contempla las aguas color aguamarina del océano Índico, y comprueba si puedes avistar manadas de ballenas jorobadas y delfines.

Aquí prosperan salamanquesas, loros roqueros y martines pescadores sagrados turquesa, además de la criatura más emblemática de la isla: el quokka de Rottnest. En 1696, el explorador holandés Willem de Vlamingh confundió a estos canguros en miniatura con ratas, por lo que les dio el nombre de Rotte Nest (nido de ratas). Hoy, 12.000 de estos diminutos marsupiales saltan por la isla, y una visita a Rotto no estaría completa sin una foto junto a este adorable animal australiano.