El hamam es un mundo atmosférico propio en medio de la moderna y bulliciosa Kusadasi. Si estás estresado, cansado o simplemente quieres visitar un lugar donde el tiempo parece haberse detenido durante siglos, entra para vivir la experiencia de un baño turco.

Sumérgete y adopta la costumbre tradicional vistiendo el paño de cintura y los zuecos que te proporcionen. Relájate en la gran sala de mármol del hamam, calentada por un flujo continuo de aire caliente y seco, para sudar. El calor y la humedad intensos combinados favorecen la apertura de los poros y la extracción de las impurezas del cuerpo. Después, pasa a la sauna antes de salpicarte con agua fría y secarte a tu ritmo.

A continuación, se exfoliará suavemente tu piel con un exfoliante turco y recibirás un masaje calmante con jabón. La exfoliación y el lavado con burbujas duran aproximadamente quince minutos, mientras que todo el proceso de baño de reposo, transpiración y lavado dura entre una hora y una hora y media, pero nunca hay un límite de tiempo.

Tras realizarte un lavado corporal completo y recibir tu masaje, retírate a la sala de enfriamiento para un periodo de relajación mientras disfrutas de una taza de té.