En la primera parte de tu ruta gastronómica por Madrid, olvidarás todo lo que creías saber sobre los churros y descubrirás los verdaderos orígenes del chocolate en una cafetería de barrio que sirve la mejor versión de ambos en todo Madrid.

(Nota: La parada de churros sólo está disponible en los recorridos matinales. Si eliges el recorrido de las 17 h, visitarás en cambio un popular bar de tapas para probar dos apreciadas tapas locales y una cerveza).

A continuación, emprenderás una parte esencial de la rutina diaria de muchos madrileños': comprar pan recién horneado. En una pequeña tienda regentada por un joven y apasionado panadero del norte de España, aprenderás por qué es tan difícil encontrar buen pan en Madrid, y podrás comprobar por ti mismo por qué este lugar es la excepción, con sus deliciosos panecillos caseros rellenos de chorizo.

A partir de ahí, ¡al mercado! Explorarás el vibrante Mercado de Antón Martín, donde lugareños de toda condición hacen sus compras diarias. Por el camino, te detendrás en diversos puestos para degustar sus mejores productos: sabrosas aceitunas, embutidos, productos locales y el oro líquido de España: el aceite de oliva virgen extra. También saborearás el vermut rojo, el aperitivo favorito de España, y aprenderás por qué es especial y cuándo beberlo. Esta es una experiencia que la mayoría de los visitantes de Madrid nunca tendrán, y una forma fascinante de experimentar la vida local.

Tras degustar el mercado, te dirigirás a una modesta charcutería de barrio con un pasado sorprendente. ¡Fue aquí donde el padre del propietario celebró reuniones clandestinas para conspirar contra la recién instaurada dictadura española en los años 30! Hoy, ese mismo espacio es donde te sentarás para una minicata de quesos de toda España maridados con dos vinos diferentes.

Lo único que debes comer en los alrededores de la Plaza Mayor es tu próximo bocado: un bocadillo de calamares. Puedes encontrarlo en casi cualquier lugar de los alrededores, pero hoy vas a probar el mejor de todos, con anillas de calamares cocinadas a la perfección en un rebozado ligero y crujiente. Disfrútalo de pie fuera del bar, como hacen los lugareños.

Por último, terminarás tu ruta gastronómica por Madrid con una nota dulce en una pastelería que lleva funcionando desde 1855. Abierto por el pastelero personal de la reina española, este increíble lugar está aparentemente escondido a plena vista. Puede que reconozcas esta elegante tienda del chef hispanoamericano Jo