Visitar un “caseificio” (quesería tradicional) es como retroceder en el tiempo. El “Rey de los quesos” tiene en realidad orígenes muy antiguos y hoy, como hace nueve siglos, el Parmigiano Reggiano se sigue elaborando siguiendo las mismas tradiciones y métodos genuinos. El queso Parmigiano Reggiano está protegido por la Unión Europea y sólo puede producirse en una zona restringida, la llamada “zona típica”, que incluye las provincias de Parma, Reggio Emilia, Módena y una parte de Bolonia y Mantua.

Verás que los queseros de empiezan a sacar el producto de las cubas de leche. Verás entre bastidores cómo el maestro cocina, separa el rico suero y eleva este magnífico producto, siendo testigo de la particular metodología empleada.

Las salas de moldeado y salado son igualmente apasionantes, y son tu próxima parada. Pasando de las bóvedas de salazón entras en la sala de envejecimiento: la stagionatura, el espacio más famoso y fotografiado del “caseificio”.
Aquí, entre miles de ruedas de parmesano cuyo aroma enciende los sentidos, conocerás las estrictas pruebas que realiza el Consorzio, como el martilleo de los quesos antes del ritual de la marca al fuego.
Por último, por supuesto, podrás degustar esta maravilla con un chorrito de miel y un poco de vino local. Un comienzo verdaderamente especial para tu día.