La historia de York es la historia de Inglaterra en madera, piedra y chocolate. Constantino el Grande se convirtió aquí en emperador. Los asaltantes vikingos abandonaron su caótico plan callejero. Los pasteleros Quaker inventaron el KitKat. No es de extrañar que pueda resultar difícil saber por dónde empezar.
¿Qué te parece el lugar donde es posible abarcar 2000 años de historia simplemente girando en círculo? Y no tienes que caminar mucho más para ver cómo York fue moldeada por romanos, normandos y Tudor, ya que todo está dispuesto dentro de los terrenos de un jardín botánico victoriano. Sólo en York, puedes ser transportado de una fortaleza legionaria a una abadía en ruinas y a un hospital medieval cruzando un césped? ¿Quién necesita una Tardis?
¿Te has preguntado alguna vez por qué a la Minster se la conoce como Minster y no como catedral? ¿No sabes por qué todas las calles de York se llaman Gates (y todas las puertas se llaman Bars)? Este paseo entretenido e informativo proporciona las respuestas, a la vez que recorre los principales lugares de interés, como el Minster, las murallas medievales y los Shambles, la calle precariamente torcida que sirvió de inspiración para el Callejón Diagon. Un verdadero punto culminante, en todos los sentidos, es la pasarela elevada que rodea la muralla de la ciudad (no te preocupes, hay barandillas de seguridad, pero esta parte no es obligatoria si sufres de vértigo). La ruta también se desviará del camino trillado y se adentrará en el laberinto de antiguos atajos y callejones conocidos localmente como “Snickelways”. Estas callejuelas sinuosas son el alma de la ciudad y la cara de York que nunca podrías ver desde un autobús descapotable.