Sube a las torres de la catedral de Saint Pierre para disfrutar de vistas extraordinarias de la ciudad, visita el lugar donde el reformador protestante Juan Calvino daba sus sermones y recorre el yacimiento arqueológico que esconde el templo.
La catedral se construyó a finales del siglo XII sobre otros santuarios religiosos anteriores. Se convirtió en templo protestante en el siglo XVI, durante la Reforma. Posteriormente se reconstruyó varias veces, lo que ha dado lugar a una interesante combinación de estilos arquitectónicos. Intenta identificarlos en la fachada exterior. El edificio principal es de estilo gótico románico, mientras que las columnas de la fachada son neoclásicas. Las dos torres cuadradas del extremo este son tan distintas del resto de la catedral que casi parecen formar parte de otro edificio.
Gran parte del espléndido interior de la catedral se perdió cuando se convirtió en iglesia protestante. No obstante, aún es posible ver algunos elegantes capiteles románicos en la nave. Contempla otro de los ornamentos del templo: la platea de madera tallada del coro, del siglo XV. Este elemento sobrevivió a la Reforma porque en aquel momento se encontraba en otro edificio. Después, acércate a la capilla de los Macabeos y contempla sus pinturas góticas. Uno de los elementos más interesantes de la catedral es la sencilla silla de madera que utilizaba Juan Calvino.
Sube la estrecha escalera de caracol que lleva a lo alto de las torres de la catedral. Desde aquí disfrutarás de vistas panorámicas de la ciudad, del lago Ginebra y de las montañas cercanas.
Visita los sótanos de la catedral y explora las ruinas subterráneas. Muchas de estas zonas con excavaciones se remontan al siglo IV. Allí verás suelos de mosaico de finales del Imperio romano, las celdas de los monjes y la tumba de un jefe alóbroge.
La catedral está situada en el centro del casco antiguo, por lo que es fácil incluirla en tu agenda de viaje. Puedes llegar a ella con el eficiente sistema de transporte público de Ginebra.
La entrada al interior de la catedral es gratuita, pero sí hay que pagar para acceder al yacimiento arqueológico y a las torres. La catedral abre todos los días, excepto algunos festivos.