El monasterio de San Vicente de Fora, cuyo nombre hace alusión a su ubicación fuera de los muros, es uno de los edificios religiosos más importantes de Lisboa y se eleva esbelto sobre los techos rojos del barrio de Alfama. Aquí podrás disfrutar de una atmósfera serena y recogida, y examinar los numerosos detalles de su ecléctico diseño arquitectónico.
Su historia también resulta fascinante. El primer monasterio con este nombre se construyó en 1147, poco después de que los cruzados cristianos reconquistarán la ciudad de Lisboa de los árabes. La estructura actual, sin embargo, data del siglo XVII. El diseño del complejo es obra del arquitecto español Juan Herrera, responsable de El Escorial en Madrid, y del arquitecto italiano Filippo Térzi. Posteriormente, otros maestros realizaron sus propias adiciones y cambios en el sitio.
El edificio blanco de la iglesia te cautivará de inmediato. Con influencias del Renacimiento italiano, la fachada de piedra caliza cuenta con dos campanarios, balaustradas y estatuas de figuras religiosas.
En el interior, el monasterio se halla adornado con llamativos detalles decorativos y arquitectónicos, como las paredes de mármol de varios colores de la sacristía. Si miras hacia arriba, podrás disfrutar de la gigantesca composición pictórica que cubre el techo.
También te recomendamos visitar el mausoleo que acoge la tumba de la familia de Braganza, con la estatua de una mujer que llora y vigila los restos de la antigua realeza portuguesa. También destacan los paneles de azulejos de los claustros, los cuales representan personajes fantásticos y escenas de las fábulas de La Fontaine.
De hecho, durante el paseo, te llamará la atención la abundancia de azulejos pintados, ya que llenan los patios, los pasillos y las escaleras de todo el complejo. Debido a su posición elevada, la estructura ofrece excelentes vistas al barrio de Alfama y los alrededores.
Para llegar al monasterio de San Vicente de Fora, puedes coger el metro hasta Santa Apolónia y caminar diez minutos en dirección suroeste. El recinto abre de martes a domingo. Los adultos deben pagar una entrada, pero los niños entran gratis.