El Nuevo cementerio judío, o Nowy cmentarz żydowski, es el lugar de descanso eterno para miles de miembros de la comunidad judía local y una visita obligada en los viajes a Kazimierz. A pesar de su nombre, este gigantesco lugar lleva abierto más de dos siglos. Sus terrenos acogen miles de lápidas, algunas deterioradas, aunque otras resisten ante el paso de los años.
Con sus tumbas desmoronadas, inclinadas, cubiertas de maleza y maltratadas por el clima, este cementerio parece haberse congelado en el tiempo. Durante la ocupación alemana de Polonia en la Segunda Guerra Mundial, las tropas nazis utilizaron este lugar como campo de tiro. Según se cuenta, usaron las piedras que destruyeron para pavimentar la carretera que llevaba al campamento militar alemán.
No te pierdas el monumento de la posguerra que rinde homenaje a los judíos fallecidos durante el Holocausto, coronado con una losa de mármol negro en la que está grabada la imagen del candelabro hebreo de siete brazos, la menorá. Este rincón invita a deambular con tranquilidad por sus distintos senderos y a reflexionar junto a las tumbas que están agrupadas. Algunas de estas agrupaciones albergan los restos de familias enteras, aunque están muy descuidadas porque, lamentablemente, no queda ningún pariente vivo que pueda mantenerlas.
Durante el recorrido, también encontrarás lápidas de judíos célebres salpicadas por todo el cementerio. Entre ellas, las del rabino Ozjasz Thon, la pionera en psiquiatría infantil Maria Orwid y los pintores Artur Markowicz y Maurycy Gottlieb. Destaca también un muro que se construyó con fragmentos de lápidas destruidas. Quizá te cruces con familias judías que vienen a rezar y presentar sus respetos a amigos y familiares.
El cementerio está situado en el extremo occidental del histórico barrio judío de Kazimierz, en Cracovia. Se encuentra a unos 15minutos a pie del centro histórico y a25de la estación de tren de Kraków Glówny. En los alrededores también puedes visitar el Museo Judío de Galicia, la sinagoga de Remuh y la plaza Wolnica.
El nuevo cementerio judío abre de domingo a viernes. Se trata de un lugar de culto, por lo que es necesario vestir de forma discreta y guardar silencio durante la visita. Está permitido hacer fotos en el recinto.