Contempla el interior del palacio o admira la fachada de este precioso edificio desde el Parque de Bruselas. Quizá incluso puedas ver a los reyes de los belgas.
A pocos pasos de la ajetreada plaza del mercado podrás adentrarte en una comunidad tranquila con siglos de antigüedad, habitada por monjas que cantan con voces de ángeles.