La playa más famosa de Río de Janeiro es más que una extensión de arena, es el sitio donde los lugareños y los visitantes de todo el mundo van a relajarse, dejarse ver y pasarlo bien.
A esta montaña, que se eleva desde el mismo centro de la ciudad, se la conoce sobre todo por albergar la icónica estatua de Jesús, tan alta como un rascacielos.
Entra a la nave principal de esta inmensa catedral para contemplar las cúpulas de estilo renacentista y baja a la cripta para ver las tumbas de obispos famosos.
La playa más famosa de Río de Janeiro es más que una extensión de arena, es el sitio donde los lugareños y los visitantes de todo el mundo van a relajarse, dejarse ver y pasarlo bien.
En una ciudad dominada por el hormigón y los rascacielos, este exquisito jardín es perfecto para tomar una bocanada de aire fresco y conocer la fauna autóctona.
Entra a la nave principal de esta inmensa catedral para contemplar las cúpulas de estilo renacentista y baja a la cripta para ver las tumbas de obispos famosos.
Nada en una bahía recóndita, sube colinas arboladas y saborea un marisco exquisito en los restaurantes situados junto a esta playa, uno de los secretos mejor guardados de Río.
La playa más famosa de Río de Janeiro es más que una extensión de arena, es el sitio donde los lugareños y los visitantes de todo el mundo van a relajarse, dejarse ver y pasarlo bien.
A esta montaña, que se eleva desde el mismo centro de la ciudad, se la conoce sobre todo por albergar la icónica estatua de Jesús, tan alta como un rascacielos.
En este opulento monasterio, podrás degustar mermeladas y pan elaborados por monjes benedictinos, ver maravillosos frescos y escuchar cantos gregorianos.
En una ciudad dominada por el hormigón y los rascacielos, este exquisito jardín es perfecto para tomar una bocanada de aire fresco y conocer la fauna autóctona.
Disfruta de las ofertas culturales de esta metrópoli, visita los edificios religiosos o practica portugués con los lugareños en discotecas o frondosos parques.
A esta montaña, que se eleva desde el mismo centro de la ciudad, se la conoce sobre todo por albergar la icónica estatua de Jesús, tan alta como un rascacielos.
Esta pequeña playa, considerada el lugar donde nació el surf brasileño, es también uno de los lugares más populares para ver los espectaculares atardeceres de Río de Janeiro.
Entra a la nave principal de esta inmensa catedral para contemplar las cúpulas de estilo renacentista y baja a la cripta para ver las tumbas de obispos famosos.