La metrópolis surcoreana cuenta con algunos de los barrios para salir de noche y mercados más animados del continente, junto con tranquilas casas de té y palacios rodeados por jardines.
Los miles de picos, verdes e irregulares, que emergen de las aguas de color esmeralda, donde pueden apreciarse las coloridas velas de los barcos tradicionales, dotan a esta bahía de un encanto casi mágico.