Por su amplia oferta de galerías, museos, parques naturales y enclaves históricos, la deslumbrante capital canadiense es una escapada cultural y romántica perfecta.
Parques nacionales, viñedos, estaciones de esquí y una mina de cristales son algunas de las bellezas naturales que se extienden entre las pequeñas ciudades de esta región del sureste de Quebec.
Quebec, pintoresca capital de la provincia canadiense homónima, permite conocer junto con los parajes naturales circundantes un pedacito de Francia en Norteamérica.
Parques nacionales, viñedos, estaciones de esquí y una mina de cristales son algunas de las bellezas naturales que se extienden entre las pequeñas ciudades de esta región del sureste de Quebec.